El fundamento de la propuesta pedagógica se basa en la Teoría de la Modificabilidad Estructural Cognitiva de Reuven Feuerstein, y particularmente, uno de sus cuatros productos: la Experiencia de Aprendizaje Mediado (EAM). La mediación constituye un proceso, un modelo y una visión en sí en torno al aprendizaje. Bajo este modelo se hace énfasis en el papel del docente mediador quien debe seleccionar y organizar la información con el propósito de generar los estímulos requeridos por los sujetos en formación en términos de calidad y cantidad. En este marco de análisis, el proceso de enseñanza-aprendizaje no se basa en el tradicional binomio ​o unidireccional, sino que responde al esquema bidireccional.

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La calidad de las experiencias diseñadas dependen de la creatividad que tenga el docente para tomar los contenidos y exponerlos de tal forma que se logren verdaderos cambios dentro de las estructuras cognitivas de los sujetos. El docente cumple un papel de mediador donde lleva de la mano al estudiante por un conjunto de situaciones complejas y abarcadoras haciendo uso del diálogo permanente. La pregunta se convierte en un vehículo que conduce al estudiante a pensar y enfocarse en la información relevante. Por tanto, el estudiante debe potenciar su autonomía y participación activa, reconociendo los propósitos de fondo, las fortalezas que posee y las limitaciones por las que atraviesa, de una forma cada vez más consciente.

La EAM se traduce en un conjunto de criterios que guían la planificación y el desarrollo de las prácticas docentes, entre estos, intencionalidad, reciprocidad, trascendencia, significado, sentimiento de competencia, control del comportamiento, búsqueda planificada, planificación respecto de logros, optimismo y el sentimiento de compartir. Bajo estos criterios se han diseñado doce (12) actividades caracterizadas por el juego y la lúdica, la participación activa del estudiante y la motivación permanente.